domingo, 7 de septiembre de 2008

Memorias de un anciano con alzheimer

-Que? Que es esto? Donde estoy Peter?

-Señor Laverne, estamos en el estudio radiofónico del condado de Senfield, y no soy Peter, mi nombre es Wallace, y usted ha venido aquí para contarnos la historia de su vida.

-Ah si! Ya me acuerdo.... Todo empezó hacia los años 30, yo tendría unos tres años, cuando recuerdo que nací en mitad del campo... Nada mas salir, me puse a jugar con mi madre al parchís, porque estar ahí dentro de su barriga todo ese tiempo había sido realmente aburrido...Y... Donde he dejado mi sombrero?

-Señor, su sombrero lo lleva puesto en la cabeza.

-Ah si! Que despistado soy... Continuo.
Un par semanas después de cumplir los 9 años, se declaro que tenía 9 años y 2 semanas, por lo que mis padres, alegrados por esa buena nueva, me hicieron otra fiesta de cumpleaños, esta vez cumplía 9 años y dos semanas.
Mas tarde ese mismo año, cuando comencé a tocar las sinfonías de Bach y Bethoven al piano, sin equivocarme ni una vez, mis padres vieron que tenia talento con el piano y decidieron apuntarme a clases, pero el profesor dijo que no valía para aprender el piano, sino para tocar conciertos... Y mis padres decepcionados vendieron nuestro piano.

Luego estuve una temporada yendo al colegió, para ver si me gustaba, cuando decidí que el colegio no era lo mio, ya había acabado el bachillerato con una nota excelente, y me tuve que ir a la universidad, que si que era obligatoria...
Estudié derecho, hasta que un día me di un golpe en la cabeza y me volví zurdo... Entonces deje el derecho y quise estudiar izquierdo, pero todas las plazas estaban cogidas y tuve que estudiar medicina.

Cuando acabe la carrera y comencé a trabajar en un hospital, lo primero que me dijeron al llegar fue "Hace un buen día verdad?", no sabía lo que responder así que volví a la universidad y estudie meteorología, cuatro años mas tarde cuando ya era capaz de evaluar si era o no un buen día, volví al hospital para responder la pregunta pero aquel hombre ya no trabajaba allí.
Anduve por la calle, sin saber que hacer, durante un par de años, hasta que encontré a un ermitaño, que se encontraba solo y me ofreció ir con el a su monasterio en la montaña y fundirnos con la naturaleza, yo acepté.

Durante cinco largos días, estuve trabajando duro... Todos los días hacia flexiones, me puse muy cachas y además aprendí a fundirme con la naturaleza, no era como lo había imaginado, calentarse asta que el solido pasase a liquido, y fundirse como unos metales... Era mas bien espiritual, palabra que viene de una famosa bebida: "Sweps Spirit", y el secreto para fundirse con la naturaleza era beber tanto Sweps que al final veías colores, música, y flores por todas partes...
Los siguientes 20 años no hice nada interesante, estuve trabajando de paloma en una plaza publica...
Luego pensé que era tiempo de trabajar, y me hice payaso... Lo que me recuerda... Donde he puesto mi sombrero?

-Su sombrero esta en su cabeza señor Laverne! Continué con la historia!

-Cabeza? Que cabeza?! Esta usted insinuando que soy tan tonto como para no saber que tengo un sombrero en esta cab... anda... mira... si tenia el sombrero en la cabeza...
Dile a Peter que no busque mas, el sombrero estaba encima de la mesa...

-Señor, señor! céntrese, empieza a desvariar...

-Ah! Amigo mio! Desvariar! Eso me recuerda cuando tenia 63 años... vaya tiempos de juventud...
Estuve trabajando de piloto automático para una empresa de coches de carreras, aunque al final me sustituyeron por una maquina... Decían que la maquina era mas humana...
Fui delfín en un acuario, y luego aspiradora para coches...
Pero mi trabajo favorito fue el de profesor de alumnos... Enseñaba a los alumnos a ser buenos alumnos... y luego ellos me pagaban con frutas!

-Señor, creo que ya va siendo hora de acabar... Tiene algo mas que contar!?

-Claro que si... mmm... Te he contado la historia de aquella vez que estando en un restaurante con mi mejor amigo, Peter , perdí mi sombrero en el que habíamos escondido 20 millones de dolares en diamantes, y mi amigo se fue a buscarlo... Al final resulto que estaba encima de la mesa pero Peter nunca volvió, y yo olvide donde estaban los diamantes, que cabeza la mía...

No hay comentarios: